Nada tiene tanta capacidad de influir en la personalidad, autoestima, deseos y conducta de nuestros hijos como lo digital: las redes sociales y los videojuegos. Casi un 6% de la población infantil y juvenil, es decir, unos 250.000 niños y jóvenes de entre 10 y 20 años las usan mal. Un peaje emocional que se traduce en ansiedad o depresión. ¿La solución? Pedir cuentas al sector tecnológico, dotar a los profesores de recursos y dar ejemplo, retrasar hasta los 14 la llegada del móvil y, la clave de todas las claves, acompañar. Desde la conversación y tratando los temas en casa.