Aumentan los megaincendios: su humo puede causar 1,5 millones de muertes en 2100
Las partículas finas del humo son muy tóxicas para el organismo, no sólo para los pulmones
Los daños directos de un incendio los vemos con nuestros ojos, pero hay daños colaterales que no se ven, se respiran. Todo lo que sale de las columnas de humo es muy tóxico. Son las llamadas partículas finas PM2.5, capaces de llegar a nuestros pulmones y también a nuestra sangre. Son ya muchos los estudios que han constatado un aumento de infartos, ictus, cáncer de pulmón, patologías respiratorias crónicas y hasta enfermedades mentales como consecuencia de la inhalación de estas partículas altamente tóxicas para el organismo. Los megaincendios están aumentando en el mundo, y un estudio que se acaba de publicar estima que, de seguir así, el humo derivado de estos eventos podría causar un millón y medio de muertes prematuras a finales de siglo. En Europa y Estados Unidos, el estudio concluye que se duplicará la mortalidad por este motivo. Porque además, a diferencia del fuego, el daño que provoca el humo va mucho más allá de la zona quemada: esas partículas finas diminutas pueden recorrer largas distancias. Lo vimos en los cielos naranjas de Nueva York de hace dos veranos provocados por los incendios de Canadá. Y lo hemos visto en los grandes incendios de este verano en Galicia. Los neumólogos recuerdan que, en esas situaciones, la mascarilla vale de poco. Su consejo es, ante todo, consultar el índice de la calidad del aire, que se puede ver en el smartphone o en las webs meteorológicas. Y si es necesario, confinarse. Porque está comprobado: en un incendio forestal, el humo mata más que el fuego y se propaga mucho más rápido.