Tener una enfermedad mental y vivir en África significa estar condenado al malrato y al abandono. Muchos son encadenados durante años hasta que mueren. Pero en Benín las cosas han cambiado gracias a Gregoire. En los 90, intentó suicidarse por una depresión profunda, hoy ha reparado el corazón y la cabeza de cientos de miles de enfermos mentales. Gregoire lleva treinta años liberando a los enfermos mentales en África. Las sectas los encadenan las sectas, las familias los abandonan, la ignorancia los condena. Él los rescata de las calles y los ofrece tratamiento médico y los salva. No es médico, ni psiquiatra, Gregoire era reparador de neumáticos en Benin, que ha rescatado del infierno a 200.000 personas.

Este verano inauguró el ultimo de sus 18 hospitales, tiene una red de dispensarios y misioneros que acercan los medicamentos a los sanados en Benin, Togo y Guinea Conakri. El personal de sus centros son enfermos sanados que estudian para luego sanar a otros. Un proyecto de éxito al que se acercan psiquiatras de todo el mundo con admiración y que ha venido a explicar a universidades españolas.

Conoce el nombre de todos sus ingresados, sus historias y no cuenta con financiación pública.