Los vecinos de Paüls, en Tarragona, pasean sorprendidos por un pueblo ahora calcinado por las llamadas. El incendio forestal que se inició aquí ayer ha estado activo durante toda la noche. El fuego mantiene confinados hasta siete municipios y afecta ya a más de 3.000 hectáreas. La mayor parte masa forestal. Cinco carreteras están cortadas en tramos cercanos al incendio y 18.000 vecinos continúan encerrados en sus casas. Sobre el terreno, todavía con fuego, trabajan 104 militares de la UME que colaboran con 89 dotaciones de bomberos. El viento, con rachas de más de 90 kilómetros por hora, ralentiza unas labores de extinción que esperan mejorar a partir de este mediodía.