El cuerpo de Miriam fue encontrado en este descampado de Meco a las afueras de Madrid el 16 de enero de 2019. Tenía 90 puñaladas. Era ya de noche y Miriam fue atacada cuando sacaba a sus perros. Quería probar unos collares luminosos que acababa de comprar. Sus gritos alertaron a unos vecinos y poco después una pareja encontró a la joven. Aún estaba viva, pero los servicios de emergencia no pudieron salvarla. El ensañamiento en las cuchilladas hizo pensar que el agresor, o agresores, la conocían bien. Los perros no ladraron ni reaccionaron, algo que reforzaba esa sospecha. La investigación se centró en Sergio Sáez, compañero de piso y novio de su amiga Celia. Los tres vivían juntos en el momento del crimen, pero Miriam tenía una mala relación con él. Al parecer ella sabía que él había sido infiel a su amiga. Sergio llegó a ingresar en prisión, pero fue liberado en diciembre de 2019 por falta de pruebas. Aunque su ADN apareció en la ropa de Miriam, su defensa alegó que esa transferencia biológica pudo producirse a través de la lavadora. En diciembre de 2020, Alberto Berzosa, un toxicómano que había coincidido con Sergio en prisión, confesó el crimen pero su testimonio no fue suficiente para reabrir el caso. Finalmente en enero de 2023, se archivó el caso alegando "fracaso" en la investigación.