Entraban unas detrás de otras. Reseñas negativas con comentarios técnicos a la par que hirientes para una empresa de mudanzas. Comentarios que quedan reflejados en la web de las empresas, a un simple click del cliente. A Pablo, gerente de la empresa, le extrañaban los mensajes hasta que un número le contactó para explicarle que los mensajes serían eliminados a cambio de dinero. Ahí comprendió que era víctima de una extorsión. Son grupos organizados desde países como India o Pakistán que escriben en castellano. Misma situación que ha sufrido esta clínica dental de Mallorca. Pese a verse resentida la publicidad de sus negocios ninguna de estas empresas accedió al chantaje. Ahora piden mayores restricciones para evitar que la ciberextorsión vuelva a afectar a sus negocios.