Desde que se originó el primer gran incendio del verano (Vilardevós) han pasado ya 20 días, y los tres más grandes de Galicia continúan activos. El de Oímbra ya ha consumido más de 15.000 hectáreas, y esta noche, otra más, ha sido dura. Todavía sigue avanzando, pero frente a él hay una línea de resistencia incansable que cuando amanece sigue ahí: los bomberos. Actúan igual en el de Chandrexa de Queixa, con más de 16.000 hectáreas afectadas. El de Larouco es el mayor incendio de la historia de la comunidad. Allí los efectivos siguen intentando extinguir las llamas y esta noche han trabajado con ayuda. Un helicóptero de las Fuerzas Armadas ha transportado una desbrozadora teledirigida que se une a la batalla en este gran incendio. El fuego no conoció fronteras, cruzó de Ourense a Lugo y ahora trabajan en Quiroga refrescando la zona. Aunque todavía huela a ceniza, la urgencia de los vecinos y los equipos de extinción han dado sus frutos. Ahora sólo queda tierra quemada y vecinos apenados al ver cómo todo se quema a su alrededor. Este mismo incendio ha dejado huella en Cernego, un municipio de Ourense que hoy ve regresar a sus vecinos. Ahora solo quedan escombros y dolor al ver las entrañas de Galicia quemadas y los recuerdos que se han ido con las llamas.