Desde el camión de la UME se divisa, a la izquierda, una casa arrasada, ya sin techo, y a medida que se adentra en las calles la humaredase hace más densa. A pie graban las llamas que se ceban en una zona ya destruida. Es San Pedro de Cansoles, en Palencia. Al ver estas imágenes, sus habitantes se derrumban. Fueron desalojados el sábado y desde entonces esperan en el polideportivo de Guardo. Están indignados. “He visto el fuego a la orilla de las casas una docena de veces, y allí lo han parado los vecinos”, asegura Alfredo, quien añade que tras el desalojo no hubo medios para impedir la llegada de las llamas: “No hubo nadie, absolutamente nadie”. Quieren regresar pero no podrán hacerlo hasta comprobar qué casas son seguras y cuales han sufrido daños estructurales. Lo ocurrido en San pedro de Cansoles tiene su origen en el incendio que empezaba en Canalejas, en la provincia de Leon, de ahí cruzó hasta Palencia y provocó el desalojo de hasta cuatro poblaciones. Más de 500 personas realojadas en los polideportivos de Guardo ySaldaña y en viviendas particulares. La situación ha mejorado, pero en la comarca se lamentan por la degracia de unas llamas que están devorando un paisaje privilegiado y en algunos casos lo construido a lo largo de generaciones