En primera fila Ana María y su hija Ainhoa. Al final del funeral la reina "hizo un gesto, para que se acercara mi hija", nos cuenta Ana María. Vemos el momento previo al abrazo entre la reina y la pequeña. Ainhoa le enseñó las fotos de su padre y su hermano, ambos fallecidos en la DANA. A Ana María le dedicó estas palabras: "Que pelee por mi niña, que tengo que luchar por ella". Antes del funeral los reyes hablaron con Carmina, que perdió a su suegra. Su ánimo "Mucha fuerza, no estáis solas, aquí nos tenéis delante" lo recibió también Rosa, que aún llora la muerte de su padre. Valora el sentimiento sincero: "Los rasgos de dolor no impostados, cómo te coge, esta reina sí me representa". Sensaciones parecidas debió tener Victoria, que entregó una rosa a Doña Leticia; o Dolores, que no reunió finalmente valor para llevar consigo la foto de su marido y sus dos hijos muertos. Fueron varios minutos de conversaciones y gestos de afecto entre los reyes y familiares, tras una ceremonia necesaria para todas las familias. "Fue reparador tener una hora donde poder llorarles y donde poder rendirles homenaje". Sobre la presencia de Mazón, Ana María y Carmina resumen con una frase su parecer. "Queríamos que no estuviera y estuvo", sentencia Carmina. "Esa persona no tenía que haber estado", sostiene Ana María.