Cinco millones de euros al año cuesta retirar solo en Sevilla las toallitas que se acumulan en la red de saneamiento y depuradoras.Es un gasto elevado y preocupante que el Gobierno quiere frenar. Por eso prepara ya un decreto que obligará a los fabricantes de estas toallitas húmedas a pagar los costes de limpieza. Esto incluye tareas como desatascar alcantarillas o reparar infraestructuras de saneamiento y depuración de aguas cuando se forman bolas gigantes. Hasta ahora ese gasto lo asumían las administraciones públicas porque es un trabajo necesario. El objetivo es acabar con la costumbre del vertido de toallitas por el inodoro. Al final, las toallitas acaban en mares y océanos. Al igual que los globos de plástico. A ellos también se aplica esta medida para reducir la contaminación.