La llegada al juzgado se encontraba blindada por la policía. A las 9:00 entraba el coche del abogado de Juana con ella y el pequeño Daniel detrás. Había que evitar la sobreexposición. A las 9:30 llegaba el padre con su abogado en otro vehículo. El objetivo de este último protocolo ha sido evitar el boicoteo a la entrega que hubo en el punto de encuentro y que la juez ha criticado severamente porque las personas que retuvieron a Daniel, primero 20 minutos en la puerta y luego dentro, intentaron convencerlo para irse de allí. Hoy dentro, han tenido que esperar a que se resolviera la petición del hermano de Daniel, que volvió a denunciar a su padre para paralizar la restitución de su hermano. Juana Rivas ha esperado la decisión con su hijo y con el equipo de psicólogos, hasta que se ha rechazado y ha tenido que salir, ya sin Daniel, de los juzgados. El encuentro de padre e hijo se ha producido en la Sala Gesell, adecuada para personas vulnerables. La juez ha podido presenciarlo desde fuera sin que Daniel se sintiera intimidado, acompañado de psicólogas y trabajadoras sociales. Arcuri y Daniel salían juntos y escoltados de los juzgados.