Comida ultraprocesada, poco ejercicio físico y mucha pantalla... Todos estos hábitos, nada saludables, han duplicado la hipertensión infantil. Hablamos de 114 millones de menores en todo el mundo que están perdiendo salud cardiovascular. La fuerza que ejerce la sangre en las paredes de las arterias cuando el corazón bombea es la presión arterial. Si se incrementa se produce hipertensión. Entonces puede haber complicaciones cardiovasculares y renales. Problemas que generalmente se asocian a los adultos pero, según un estudio científico de The Lancet, en los últimos 20 años se ha duplicado la hipertensión infantil. Y la prevalencia es 8 veces más alta entre los menores con obesidad. El enemigo es el sedentarismo y las dietas ricas en alimentos ultraprocesados y ricas en sal que hace que se retengan líquidos. Todo ello provoca un sobreesfuerzo del corazón y un riego sanguíneo insuficiente. La clave es la detección temprana en los controles de salud desde los dos años y prevenir con más actividad física y una mejor nutrición.