La dificultad de encontrar un refugio climático en el centro de las ciudades
Cada vez hay menos árboles para refugiarse del calor
Solo con ver la temperatura que marcan los termómetros se quitan las ganas de salir a la calle. La ciudad es sofocante y no queda otra que combatirlo con abanicos, gafas de sol y mucha agua. En Orense, un parque sirve de refugio para muchos, pero hay mucha gente a la que no le queda otra que soportar el calor. Por eso CCOO ha creado un refugio climático para trabajadores. Son muchos los que trabajan al aire libre, y los que no, también buscan un descanso de ese calor sofocante, como un centro comercial, refugio de muchos granadinos. Las bibliotecas también pueden ser una escapatoria a ese calor de la costa catalana. Lugares que ofrecen un respiro frente a un calor asfixiante.