La Policía Nacional, junto con la Policía Nacional de Francia y la ayuda de la EUROPOL, ha conseguido desarticular una de las redes criminales de tráfico de migrantes irregulares más activas y peligrosas de Europa, cuyo destino final era España. Su modus operandi era utilizar rutas clandestinas y vehículos adaptados sin medidas de seguridad para trasladar a más de 500 migrantes, en 68 episodios migratorios acreditados, oscilando pagos de 350 y 1500 euros por persona dependiendo del trayecto escogido. Se han realizado cuatro registros domiciliarios y, de momento, siete personas han sido detenidas.

Las víctimas, mayoritariamente de origen argelino y marroquí, eran transportadas en condiciones inhumanas, incluyendo menores de edad, en viajes por carrretera y ferri dirección España y Francia.