A lágrima viva el llanto desesperado resuena en los polideportivos que ahora son refugios para los vecinos. No encuentran consuelo ni respuestas, se quema todo y piden el nivel 3 de alerta a pesar de ser conscientes de la magnitud de los incendios que hay en parte de España, pero están perdiendo lo único que tienen, amenazamos por el incendio de Anllares, en el Bierzo, que avanza descontrolado. Se niegan a ser meros espectadores de una tragedia compartida, que se vive igual en varios puntos de España. En los albergues los vecinos están bien cuidados, pero no duermen como en casa. Están preocupados por la oleada de incendios que sigue sin cesar y que consume miles de hectáreas. La última actualización habla de 72 poblaciones desalojadas, 4.800 personas fuera de sus hogares, mientras los medios de extinción se dejan la piel en intentar sofocar las llamas. En la comarca de Sanabria también hay albergues habilitados para acoger a los que están sintiendo de cerca esta tragedia, deseando una tregua que pronto les deje respirar.