La clásica curva de la infelicidad ahora se invierte. El aumento de las enfermedades mentales en los jóvenes disminuye su habitual sentimiento de felicidad. Las razones son múltiples. La moderna sobreprotección en la infancia. La tecnología en edades tempranas tampoco ayuda. Este camuflaje de la realidad también se ve agravado con el acceso de los niños y adolescentes a las redes sociales. Que a su vez, los deja cada vez más aislados de la misma. Un 43 % de los jóvenes afirma sentirse solo. Para recuperar la felicidad en edades tempranas, hay que controlar el uso de las redes sociales, aumentar las actividades en la naturaleza y las de índole artístico, así como incrementar el contacto con los padres. Más de la mitad de los jóvenes se ha planteado quitarse la vida en algún momento.