Cuando se realiza un cribado de cáncer de mama todas las imágenes se vuelcan en una base de datos, vinculada a la historia clínica del paciente. Y quien lo consulte deja huella. Tras constituir la comisión de seguimiento del cribado, sin la asociación AMAMA que se ha negado a acudir, la Junta de Andalucía trata de explicar los fallos. Asegura que todo se rige por protocolos europeos. De cada mama se realizan dos radiografías. En total son cuatro imágenes con una doble lectura independiente de dos radiólogos para garantizar una mayor detección. La Fiscalía de Sevilla también ha abierto una investigación tras la denuncia de AMAMA por el presunto borrado de mamografías en las plataformas. Tres semanas después, la Junta cifra en 2.317 las mujeres afectas, de las que quedan poco más de 500 pendientes de la revisión.