Un terreno completamente calcinado. Es lo que ha quedado tras el mayor incendio de la temporada. Los bomberos lo dan por controlado después de calcinar más de 5.500 hectáreas y acabar con la vida de dos agricultores. El objetivo ahora: controlar el flanco izquierdo una vez consolidado el derecho que amenazaba con llegar al Valle del Segre. La meteorología sigue siendo complicada, pero hoy las temperaturas han bajado ligeramente. Ha sido un fuego de sexta generación por su virulencia y velocidad de propagación. Su origen, la chispa de una máquina que cosechaba cereal, según las primeras hipótesis. Esta granja de cerdos se salvó de milagro. El fuego la rodeó pero no llegó a alcanzarla. Hoy reunión en Guissona, en Lleida, del conseller de Agricultura con los payeses de la zona. Que no disumulan su enfado por la falta de coordinación en las labores de extinción en las que no les han dejado participar. Un incendio imparable, sí, que ha arrasado la comarca leridana de La Segarra.