Colegios con menús “a la carta”
El aumento de alergias, intolerancias o decisiones personales ha obligado a los comedores escolares a dar una vuelta a sus menús
Es la hora del comedor y en la cocina todo está medido al milímetro: ingredientes, tiempos y, sobre todo, a quién va destinada cada bandeja. Porque aquí, no todos comen lo mismo. Hoy hay hasta 27 variaciones de un menú elaborado por una dietista y se tienen en cuenta alergias alimentarias, intolerancias y restricciones médicas o culturales. Que cada niño tenga un menú adaptado no termina en la cocina. El verdadero reto empieza cuando llega la hora de servir: identificar a cada alumno, evitar errores y garantizar que nadie reciba lo que no puede comer. Un proceso meticuloso con productos de proximidad y cuidando hasta el más mínimo detalle para que ningún niño sienta que está excluido.