La cifra de ahogados en nuestro país es la peor desde 2018
Los expertos ponen el foco en la imprudencia como causa principal

En la playa de El Campello, en Alicante, José Luis, encargado de las hamacas, tuvo que ejercer de héroe hasta en dos ocasiones en un solo día. Primero, y junto a otro bañista, ayudó a sacar del agua a una mujer y su hija que fueron reanimadas en la orilla por los socorristas. Después, ya por la tarde, colaboró en las tareas de auxilio de dos hermanas adolescentes. Salvaron cuatro vidas, pero estos dos rescates en una misma jornada son reflejo de una realidad que muchas veces termina mal. Ya son 266 personas ahogadas en lo que va de año, 17 más que en el mismo período de 2023. La mayoría por diferentes clases de imprudencia. A una de ellas se refiere Sebastián Quintana, periodista divulgador en prevención de ahogamientos: “La imprudencia consciente, que se imbuye de lo que yo llamo el síndrome de la inmortalidad”. Es cuando se conoce el riesgo, por ejemplo, el que señala la bandera roja y se decide ignorarlo en base a una falsa percepción de capacidades. Otra causa es el desconocimiento de las condiciones del medio. La mitad de ahogamientos ocurre en el mar, seguido de ríos y piscinas. Pero también otros lugares pueden resultar peligrosos. En una balsa de riego en Murcia murió anoche un hombre, el último ahogado de este año, el peor en cuanto a mortalidad desde 2018.
-Redacción-