La voz de Víctor es el reflejo nítido de una pasión que convive en su cerebro con otra vocación: la de un futuro médico convencido del poder de la unión de ciencia y arte para remediar toda clase de males. “Desde la salud mental a patologías cardiacas, respiratorias”, enumera Víctor, “y no se trata simplemente de cantar en coro, sino que un profesional del canto enseñe la técnica vocal”, concluye. Para ello son necesarios toda clase de ejercicios. En el aula hay pacientes en tratamiento oncológico o personas con COVID persistente. También voluntarias que confirman el valor emocional de este experimento multidisciplinar con estudiantes de Medicina, médicos y enfermeros, con nutricionistas y logopedas que comprobarán los múltiples beneficios de una buena técnica vocal, esa que reciben los cantantes. Aún habrá que esperar para saber cómo mejoran ciertas patologías, pero al menos se puede decir ya que la idea de Víctor no suena nada mal.