Canibalismo de guerra en Atapuerca
Investigadores del IPHES recuperan los huesos de al menos 11 individuos que fueron devorados por otros
Es la cueva del mirador, en Atapuerca. Aquí hallaron más de 600 huesos y algunos de ellos nos los muestran en el laboratorio donde han sido analizado. Había niños pero también algún anciano. En las fotos vemos algunos huesos donde se señalan marcas de cortes realizados con cuchillos de sílex. Les servían para desollar y extraer carne y vísceras. De cada cuerpo consumían todo. Ciertas fracturas revelan que llegaron hasta el tuétano. Otras señales indican que fueron cocinados. Saben que no los devoraron por hambre porque, según Rodríguez Hidalgo “En los casos de canibalismo por hambruna no encontramos este procesamiento extremo de los cuerpos”. Hay otra conclusión, aún más inquietante: “Que las sociedades del neolítico de la península ibérica ya practicaban el canibalismo con más asiduidad de lo que se pensaba antes". En este caso lo que se denomina canibalismo de guerra. Los vencedores se comieron a los vencidos en un acto que, probablemente, simbolizaba la eliminación permanente del enemigo.