El calor empeora el bolsillo
Las olas de calor pasan factura también al PIB
En una tienda de colchones las tardes de verano lucen vacías. Solo pasa por allí el propietario, que se queda haciendo papeleo, y eso que ha adaptado el horario para cerrar más tarde e incluso está pensando en cerrar por completo por las tardes. Con este calor, solo apetece salir a la calle a primera y última hora, cuando menos calor hace. Ciudades sin playa, como Granada, se vacían. Así que entre unas cosas y otras, lo mejor acaba siendo colgar los carteles de cerrado por vacaciones y sumarse al éxodo de las ciudades.