Las altas temperaturas no solo generan cansancio, estrés o problemas de salud inmediatos. Según especialistas, la exposición prolongada al calor puede acelerar el envejecimiento biológico más de dos años, debido al impacto del denominado estrés térmico sobre las células. La Organización Mundial de la Salud estima que en Europa unas 175.000 personas fallecen anualmente por causas vinculadas al calor. El cambio climático, además, incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos y agrava los efectos sobre la piel. La cirujana plástica Marifé Prieto explica que la alteración de la elastina favorece la aparición de arrugas, manchas y pigmentación desigual. Los expertos recomiendan utilizar protección solar de factor 30 o superior, evitar la exposición en las horas centrales del día y protegerse con gorra o sombrero. Recuerdan que el bronceado, aunque estéticamente atractivo para muchos, implica daños cutáneos acumulativos.