A caballo desde Lalín hasta China
La insólita aventura de un joven ingeniero chino junto a su corcel cautiva a Europa

A caballo desde Lalín, en Pontevedra, hasta la ciudad de Shandong, en China. Esta es la insólita historia que protagoniza Zhixian Xu, más conocido como "Unás", un joven ingeniero chino, de 35 años de edad, junto a Furion, el corcel, un pura raza árabe entero de 6 años, que compró en Galicia con parte de sus ahorros. Quienes conocen a este aventurero lo definen como un Quijote en busca de sus sueños. Un reto que surge como un impulso vital, que ni el propio Unás sabe explicar. Javier Blanco, hoy amigo de Unás, es el hombre que le vendió a Furion en Lalín, donde comenzaba todo hace más de dos años. Desde allí nos cuenta que en ese inicio, del que él también formó parte hasta El Bierzo, le tuvo que enseñar a montar a caballo. Con una bandera de Galicia y su concha de peregrino siempre al cuello, Unás ha recorrido doce países en Europa, con estampas únicas en Francia, Alemania y Austria, entre otros. Un camino de Santiago a la inversa, tal y como cuenta su amigo Javier Blanco, que le vendió el corcel por 2.500 euros, una parte de los 10.000 que Unás consiguió ahorrar tras trabajar como ingeniero naval en la ciudad italiana de Génova. Reclamo de turistas y lugareños, su ruta ha estado cargada de hospitalidad pero también de dificultades para planificarla, resistir a las inclemencias del tiempo y poder cubrir las necesidades del equino. Con un abrupto final en Bulgaria, a las puertas de la frontera con Turquía. Allí, a mediados de abril, Furion sufría un accidente con un coche que le fracturaba una de sus patas traseras. Desde entonces, salvar su vida se ha convertido en el siguiente objetivo de Unás que, mediante la ayuda colectiva, ha logrado trasladarle a París, en Francia, para que sea intervenido y evitar su sacrificio. Una operación que ha sido un éxito y de la que Furion se está recuperando de forma muy satisfactoria, pero que resulta muy costosa para Unás. El desembolso, asegura, es de 20.000 euros que está cubriendo, agradece, mediante al micromecenazgo a través de una cuenta que publica en su perfil de Instagram (Unas Mit Furion). La aventura "ya ha terminado", pero continuará, nos confirma desde París, "con la compra de una hectárea o dos en China" para darle a Furion la vida que merece. El epílogo a una historia de aventura, amistad y amor por el bienestar de su corcel.