Llegan a los sitios más recónditos, arriesgando incluso su seguridad. Con linternas y palos se adentran en garajes en busca de víctimas, comprobando que no hay ningún cuerpo atrapado. Rastrean entre los escombros que todavía se acumulan en algunas viviendas. No dejan hueco sin inspeccionar. Son los ‘bribones’, un grupo de siete voluntarios preparados para este tipo de labores que apoyan a los bomberos de Burgos. Asombrados, observan cómo quedó el barranco de Paiporta, epicentro de la catástrofe. Fue por esa rambla donde el agua se desbordó, destruyéndolo todo. También actúan de enlace para pedir ayuda. Mientras, un todoterreno de la UME arrastra los vehículos de un garaje en Sedaví; los va sacando uno a uno al exterior. Una colaboración vital de todos unidos para salir adelante.

-Redacción-