Hay pocos bancos que puedan presumir de estas vistas. Está en Loiba y hace dos años se convirtió en el banco más bonito del mundo, desde el que se divisan Cabo Estaca de Bares y Cabo Ortegal. Autorretratarse aquí se ha convertido en todo un ritual. Lo que antes era un secreto, que sólo conocían unos pocos, ahora se ha convertido en todo lo contrario. Un paisaje por el que merece la pena esperar pero que su disfrute dura demasiado poco. Para acceder a la zona se puede hacer en autobús, lo que ha provocado inevitables aglomeraciones de gente.

-Redacción-