Un vecino del concejo de Tineo, en Asturias logró grabar a un lobo, poco después de que atacase, junto a otro ejemplar, un rebaño de ovejas en una finca de Navelgas. Liquidaron a 6 y dejaron heridas a 8. Lo hicieron a plena luz del día. Pipo, que así se llama el hombre que captó la imagen, asegura que en esa zona han sufrido varios ataques a ganado este año, cerca del pueblo, y él mismo también padeció un ataque el año pasado, que terminó con 4 ovejas muertas a pesar de que estaban siendo vigiladas por una mastina, en un recinto con vallado electrificado. Santiago es el dueño de los animales de la finca que grabó Pipo, y por ahora no se plantea mejorar las medidas de protección de su finca, a pesar del ataque que ha vivido. Sin embargo, los conservacionistas insisten en que la solución al problema de los ataques pasa por vigilar al ganado con perros entrenados adecuadamente y con presencia humana de forma asidua y mejorar los vallados e incluso instalar pastores eléctricos. Insisten en que las administraciones tienen que hacerse cargo y facilitar la puesta en marcha de estas medidas con asesoramiento y financiación. Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León aglutinan la mayoría de las manadas de lobo de nuestro país. Desde 2021 el lobo ibérico estaba incluido en el régimen de protección de especies de España y no se podía cazar. También se estableció un fondo para compensar daños por ataques de lobo y se mejoraron las primas. Desde entonces las denuncias de ataques de lobo han aumentado. Pero el número de manadas ha aumentado de unas 300 a algo más de 330, según aseguran los científicos, que insisten en que es una especie muy vulnerable. En marzo de este año una enmienda incluida en la ley de despilfarro retiró esa protección de la que gozaba el lobo ibérico para autorizar cupos de caza de la especie y controlar así su expansión por encima del río Duero. Fue aprobada con los votos del PP, VOX, Junts y PNV, a pesar de que el estado de conservación del lobo según las directivas europeas sigue siendo desfavorable. Hay estudios, además, que han demostrado que la caza del lobo desestructura las manadas y favorece la presencia de lobos solitarios como los que atacaron a los animales de Santiago.