Un año después, las zonas afectadas por la DANA recuperan lentamente la normalidad
Doce meses después, aún se notan los efectos de la tragedia que asoló el sur de Valencia
En una calle donde ahora es imposible encontrar aparcamiento, con la mitad de los garajes todavía sin funcionar, aquel 29 de octubre era un tapón de vehículos amontonados. Unos encima de otros, colapsaban esta calle que se ha convertido en una las imágenes de la DANA. La tromba de agua desbordó el Barranco del Poyo y dejó a la vista las tripas de las casas de Chiva, donde hoy simplemente hay huecos y solares vacíos. Escenarios que vieron como la vida se paralizaba por completo, como este en Alfafar. Los escombros y los vehículos que arrastró la riada bloqueaban los puentes inundados, que ahora ven coches y trenes circulando. A vista de dron, vemos cómo quedaron los descampados. Anegados de agua, con vehículos destrozados, como si fueran juguetes a la deriva. Ahora vuelven a tener un orden. Decenas de voluntarios cruzaban El Puente de la Solidaridad, que conecta la zona cero con la ciudad de Valencia. Cada día la recorrían para llevar ayuda a los que se habían quedado atrapados, sin lada, en las localidades más afectadas. Un año después, la normalidad vuelve a este puente, que fue testigo de la ola de solidaridad. Casas que siguen en ruinas igual que los corazones de miles de valencianos. Muchas calles parecen haberse recuperado, pero los vecinos todavía batallan con los fantasmas de la tragedia. Como Carlos, en su librería de Paiporta. Huellas de barro que, aunque el tiempo haya borrado, seguirán presentes.