En este viñedo de Subirats acababa un lunes 21 de agosto de 2017 la pesadilla. Ahí fue abatido Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta. La célula islamista quedaba así totalmente desarticulada. La habían compuesto 9 jóvenes y el imán de Ripoll, que murió junto a uno de ellos el 16 de agosto, un día antes del atentado, en una explosión en Alcanar, en una vivienda donde estaban ultimando los artefactos con los que, originalmente, iban a atentar. Los Mossos d'Esquadra detuvieron ahí mismo al único superviviente de la vivienda. Tras ese contratiempo, los demás involucrados, decidieron rápidamente improvisar. Y, con una de las dos furgonetas alquiladas para transportar las 120 bombonas de butano con las que iban a consumar su acción,Younes perpetró el atropello masivo. 17 de agosto, 4 y 53 de la tarde, en pleno corazón de Barcelona. 14 muertos y 131 heridos. El conductor huyó por la Boquería hasta la Zona Universitaria, donde acuchilló a un hombre para robarle el coche y escapar. Fue la víctima número 15. La segunda furgoneta fue localizada intacta en Vic esa misma tarde, en la que también fueron detenidas tres personas, en Ripoll, dos de ellas, vinculadas con el atentado. Mientras, el resto de la célula, cinco jóvenes, se dirigieron en coche hacia el sur... Hasta Cambrils, en Tarragona, donde también provocaron otro atropello de madrugada, una y cuarto ya del día 18 de sgosto. Una mujer arrollada fue la víctima número 16. Acabaron tiroteados por la policía. De los 4 detenidos, finalmente 3 fueron condenados: 2 por pertenencia, 1 por colaboración con organización terrorista.