Parecía la llegada de una patera más. Una lancha neumática, atestada de personas. Todos subsaharianos. Pero de repente nos llama la atención él. Un joven cuya cabeza de pelo rubísimo apenas asoma. Cuando Salvamento Marítimo los sube al barco de rescate vemos que se trata de un joven albino. Agotado como todos por el viaje. Unos minutos después y ya recuperado sonríe junto a las personas que le han rescatado. Y ahí está, al llegar al puerto de Motril. Como todos se ha jugado la vida. Como todos, toca suelo aliviado. Pero él, además de buscar como todos, mejorar en la vida, huye del horror. Como sólo él y los albinos africanos saben. Karma nació en las Islas Comores y hace unos años emprendió su viaje de huída. Porque en numerosos países africanos ser albino es una maldición difícil de superar. Muchos son mutilados, porque en los rituales de brujería se cree que las extremidades dan suerte. Otros son asesinados. Hasta 60.000 euros se ha llegado a pagar por el cuerpo fallecido de un albino. Karma pedirá asilo en España.

-Redacción-