Nada más declararse un incendio son los primeros en verlo y en muchas ocasiones también en luchar contra las llamas. Realizando cortafuegos con sus máquinas perimetran el fuego. "Nosotros, los únicos medios que tenemos, enterrando el pasto, la materia que se va quemando evitamos que el fuego continúe más allá de los cortafuegos que le vamos haciendo", asegura Ramón García, agricultor. También abren caminos para los bomberos y ayudan en las tareas de extinción. "Aprovechando que se encuentran en la zona, les pedimos si pueden echar cisternas de agua y recorren el perímetro del incendio con la cisterna y es una herramienta estupenda", afirma José Benito Costal, agente ambiental. Su apoyo es clave, pero también muy peligroso. Además de poner en riesgo su vida, también ponen en riesgo su maquinaria y forma de subsistir. "Un tractor puede costar muchísimo, puede estar en torno a 90.000 o 160.000 euros", subraya Miguel García, responsable del Departamento Técnico de UPA Andalucía. En Navarra, el plan de incendios forestales incluye a los tractores de los agricultores a través de los ayuntamientos. "Los agricultores dan su nombre para ir como voluntarios a los incendios y ninguno debe acudir a un incendio él solo por su cuenta", puntualiza Isabel Olaortua, jefa de sección de Basozain/Guarderío de Medio Ambiente. La prevención y coordinación es el mejor escudo contra el fuego.