Cobrar en función de la necesidad. A más urgencia más caro saldría el billete de avión. Es lo que pretendía hacer la aerolínea estadounidense Delta Air Lines. Para conocer la premura de un pasajero, esta compañía planteaba usar la inteligencia artificial. Con ella se recopilaban todos nuestros datos posibles, para después crear precios personalizados según el cliente. La idea causó tanto revuelo que la aerolínea no la ha aplicado. Abre un enorme debate y puede incurrir en problemas. Un mecanismo que no es nuevo. Ya existen compañías que tienen en cuenta datos personales para fijar distintos precios.