El acoso escolar forma parte de los recuerdos de niñez de Carlota. "Yo entré en el túnel del acoso escolar cuando tenía alrededor de 10 años. Por ser la típica empollona de clase y el hecho de tener un cuerpo más musculado, yo recuerdo episodios de todo tipo. Tenía que ir con candado en mi mochila para que no me robaran los apuntes y los libros. Recuerdo también insultos que eran la banda sonora de mi vida. Que me llamaran marimacho, abominable". El 88% de los casos de bullying incluyen insultos y burlas, y el 65% van dirigidos al aspecto físico de la víctima. Aquel suceso tuvo secuelas en la personalidad de Carlota años después: "Yo estaba en un bucle de odio, de dolor, de rencor. Yo sentía que eso lo que hacía era enfermarme. Me llevaba a desconfiar de gente de mi edad. Tuvieron que pasar diez años hasta que yo por fin empecé a pedir ayuda al final del túnel y a salir de él. Empecé a sentirme bien, supe que tenía que hacer algo. Me decidí a dar charlas de concienciación y prevención". Ahora es voluntaria de AMACAE y ayuda a combatir y prevenir el acoso escolar. "Sobre todo, aquellos que lo están sufriendo que vean a una persona que ha podido seguir con su vida les da mucha fuerza. Yo animo a quienes sufren bullying que lo cuenten desde un principio".

-Redacción-