Es una pegatina en el escaparate la que da la pista de que en esa tienda los niños y adolescente pueden usar el teléfono si lo necesitan. En Tolosa, localidad guipuzcoana de 20.000 habitantes, un grupo de padres y madres han conseguido que el municipio responda de forma colectiva a este problema. Con un solo fin. Retrasar lo máximo posible la edad a la que se les da el móvil a los más pequeños. Si tienen algún problema saben que pueden entrar en cualquier sitio. Así consiguen que todos colaboren y los niños no se sientan que no son los únicos, que no tienen móvil. Los comercios no dudaron un minuto en apuntarse y desde los colegios apoyan esta iniciativa que ya está consiguiendo que se retrase hasta finales de primero de la ESO.

-Redacción-