El canal navegable que quería unir Madrid con Lisboa y que permanecía oculto bajo el suelo
Las obras del metro han permitido desenterrar restos arqueológicos de uno de sus tramos

Un pasadizo permanecía oculto bajo el suelo de Madrid. Un lugar, a cinco metros de profundidad, en el que ahora es posible poner los pies y por el que hace 300 años navegaban las barcas. La arqueóloga Esther Andreu nos saca de dudas: "Nos encontramos en el centro del Real Canal del Manzanares. Un proyecto muy antiguo de unir Madrid con Lisboa. A mediados del siglo XVIII Carlos III desarrolló la idea de prolongar este canal hasta Aranjuez, que vertiese en el Tajo y que fuera navegable hasta la desembocadura portuguesa". El proyecto se quedó a medias. Un trecho de treinta metros de tablones de madera que han resistido al tiempo son la parte que mejor se conserva. "No tiene mucha profundidad porque se movían en barcazas y con animales de tiro que iban por los laterales con la soga tirando. En el borde aparecen estacas hincadas para que esas balsas no chocaran con los laterales", comenta. Con la llegada del ferrocarril, a finales del siglo XIX, el canal quedó en desuso y enterrado. Un equipo de arqueólogos excava en la zona, recuperará los restos y trazará un plano en 3D. "Había evidencias de que el Real Canal de Manzanares discurría por este lado del río. Lo que no esperábamos es que hubiéramos acertado de pleno", cuenta Miguel Núñez, director general de Infraestructuras al frente de las obras de ampliación del metro de Madrid que han permitido devolver a la luz este tramo de la historia.
-Redacción-