Mónica Berlanas Martín tenía 33 años, estaba casada y era madre de una hija de tres años y otra de dos. Vivía con Jonhatan, su marido, y las pequeñas en la Arévalo, (Ávila), pero anoche murió después de ser apuñalada. Las discusiones en la pareja eran habituales aunque delante de sus vecinos intentaban parecer una familia normal. Estaban tramitando la separación pero Mónica nunca había denunciado ser víctima de malos tratos.

Sobre las once de la noche los vecinos escucharon gritos, golpes y a la hija mayor llorando desconsolada. Avisaron a la Policía Local y al llegar una patrulla a la casa encontraron al hombre con la ropa y las manos ensangrentadas y a la mujer tendida en el suelo. Los servicios de emergencias intentaron reanimarla sin éxito. Mientras el presunto asesino intentaba consolar a su hija diciendole que él estaba bien y que a las niñas no iba a ocurrirles nada. El hombre fue detenido y transladado a la Comandancia de la Guardia Civil. En su declaración Jonhatan, pescadero de profesión, ha reconocido que acabó con la vida de Mónica utilizando un cuchillo.

-Redacción-