Hasta ocho motos de agua en un espacio muy reducido, cerca de la costa e incumpliendo las normas de seguridad. Maniobras imprudentes y altas velocidades. Una imagen que preocupa a los vecinos de la playa de La Herradura en Granada. Los bañistas acuden buscando tranquilidad, que se ve comprometida por el ruido de las motos. Sin embargo, el problema no es solo lo molesto que puede parecer. Se suman también los daños y la contaminación que estos ruidos pueden provocar en el medio ambiente. Esta invasión de motos de agua pone en riesgo a los bañistas, aunque la navegación por el interior de las zonas de baño está expresamente prohibida, lo cierto es que a menudo se adentran en estas áreas. Demandan más vigilancia para que las playas sean un entorno tranquilo, seguro y de disfrute para todos.

-Redacción-