En los pasillos del hospital la bocina anuncia un momento muy especial. Daniele lleva sus helados a niños y padres y madres que se enfrentan a la enfermedad y a la monotonía del hospital. El objetivo, tal y como nos cuenta Daniele, "es ofrecer una alternativa a su día a día". "El niño estaba muy tristoncillo y, la verdad, se le anima con el helado", nos cuenta una madre. "Esto te traslada la mente a otras situaciones", agradece un padre. Es una iniciativa sencilla, pero de enorme poder. La sorpresa y la mejora del ánimo se convierten en dulces y poderosos aliados. Lo confirma Francisco Treviño, director médico del hospital: "Iniciativas como esta influyen en la buena evolución de sus patologías".

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