Pretendía sacar una foto de sus vacaciones en Tossa de Mar, en Girona, pero no calculó el riesgo y se precipitó a cuarenta metros de altura. La turista mexicana, fallecida de manera inmediata, apartó una valla para hacerle una foto al castillo y se subió a un foco que acabó cediendo. Los trabajadores del Club Naútico que intentaron acceder por el mar, no pudieron acceder y nada pudieron hacer por salvar su vida. Lo que pasó es que apartó las vallas, se subió a uno de los focos que iluminan el perímetro del complejo, el foco cedió y cayó unos 40 metros por el acantilado y la playa tuvo que ser desalojada. Imprudencias que se repiten cada vez más y todo para captar la mejor imagen.

-Redacción-