Los hosteleros de Alicante respiran aliviados después de la detención de un hombre que comía en sus establecimientos y evitaba pagar simulando un infarto. Pero no pueden bajar la guardia porque en pocas semanas dejará la cárcel al considerarse sus acciones delitos leves. Sólo una denuncia conjunta de todos los afectados podría llevarle durante un largo tiempo a la cárcel. El modus operandi de este hombre lituano de 50 años y conocido por 20 “simpas” en la ciudad de Alicante era siempre el mismo: fingía un infarto para no tener que abonar su consumición. Pero ya está en prisión. No sin antes poner en jaque a los hosteleros de la cuidad, que se han unido para que vuelva a hacer de las suyas en cuanto salga a la calle. Éste es su tercer ingreso en prisión por el que pasará 42 días entre rejas por no haber pagado dos multas anteriores. La complejidad del caso reside en que son delitos leves de estafa por cantidades muy pequeñas. La pena podría ascender hasta a 2 años de cárcel de hacerse una denuncia conjunta con todos los afectados y convertirse así en un delito continuado.

-Redacción-