En una discoteca de Sedaví, en Valencia se ha producido un curioso robo de una caja fuerte. El ladrón lo tenía todo planeado: con una palanca consigue arrancar la caja fuerte, la arrastra y separa unas sillas para introducir su coche lo máximo posible. Un contenedor le dificulta el paso y lo aparta. Y como el botín pesa mucho, lo sube a un carro de la compra. Lo consigue, sí, pero minutos después pincha una rueda y fue detenido con 30.000 euros encima.

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