La playa de Barcelona está abarrotada. Allí, los bañistas se topan con caracolas sonoras: esperan oír el relajante sonido de las olas. Y lo que realmente escuchan son las palabras de los supervivientes que se han visto obligados a cruzar el mar en busca de un lugar seguro. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado va a dejar caracolas sonoras en varias playas de España. Su objetivo: ponernos en la piel de los refugiados para que el mar suene igual para todos. España ya es la principal ruta de entrada por mar hacia Europa. En lo que va de año, más de 300 personas han perdido la vida en el mar tratando de llegar a nuestro país.

-Redacción-