Está en nuestro día a día. El plástico, una realidad que preocupa y mucho a la comunidad científica, que exige una regulación que reduzca la presencia de estos componentes tóxicos. Son activos en pequeñas dosis y peligrosos, sobre todo en los niños, más vulnerables y expuestos a esta toxicidad. Los podemos encontrar en los lugares más insospechados, como en el suelo de un parque infantil. El césped artificial o algo tan cotidiano como ir a hacer la compra al supermercado. Podemos actuar con pequeñas acciones. Pero los expertos advierten que es imprescindible ir a la raíz y cambiar la regulación.