En los pueblos valencianos afectados por la DANA, vecinos y voluntarios llevan días abriendo las alcantarillas para poder echar ahí el barro que cubre las calles. Ellos hacen lo que pueden, pero no son conscientes de que puede agravar más el problema, porque cuando todo ese lodo se seca ahí dentro, hace de tapón, y si vuelve a llover, que es lo que está pasando, las alcantarillas ya no tragan. Ello puede generar un problema a corto, medio y largo plazo en todos esos pueblos. De momento, ya estamos viendo que en algunos puntos el barro vuelve a entrar en las casas por los sumideros del baño, por ejemplo. Los expertos advierten de que es un círculo vicioso y que habría que buscar otra solución. Ayuntamientos como el de Picanya están haciendo un llamamiento para que no se eche el fango en las alcantarillas, porque se bloquearán y rebosarán, además, las aguas fecales. El fango se retirará con máquinas, dicen, pero la realidad es que no hay máquina para tanto fango.

-Redacción-