Cuando Rosario Porto y Alfonso Basterra insistieron en incinerar muy rápido el cadáver de Asunta, a los investigadores se les encendió la luz. Los padres de Rosario habían fallecido con muy poca diferencia siete meses antes y también habían sido incinerados. Podía haber habido un móvil económico en la muerte de los abuelos de la pequeña y quizá Asunta saberlo y poder ser esa la razón de que a ella también la asesinaran pero no hizo falta abundar en la motivación, tenían todas las pruebas. Tampoco quisieron enturbiar la investigación con el móvil sexual del que tanto se especuló a raíz de estas fotografías que al final solo demostraban que quizá estaba drogada. Rosario Porto y Alfonso Basterra, separados y quizá con motivaciones distintas nunca confesaron. Rosario se quitó la vida en prisión y se llevó su secreto a la tumba.