Acababa de ascender al Peña Vieja a más 2.600 metros, una de las cumbres más altas de los Picos de Europa, pero al emprender el regreso se precipitó por una ladera. La voz de alarma la dio la mujer, de 34 años, que acompañaba a este montañero de 44. Con su muerte se cierra un fin de semana negro en el que han fallecido otros dos montañeros. Un hombre de 30 años, que escalaba en el Solsonès catalán, y una irlandesa de 21 tras caer desde una altura de 150 metros en El Chorro, en Málaga. Todos eran experimentados, pero los accidentes en la montaña se están disparando con el aumento de senderistas. En la última década los montañeros fallecidos han aumentado un 59%, pasando de 83 a 132. Una buena preparación y la equipación es clave para no sufrir un accidente. También tener consciencia de los riesgos, no como este padre y su hijo rescatados en el Pico San Lorenzo, en Burgos, sin el material necesario.

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