Basta con una panorámica en la biblioteca para ver la disparidad de género: solo una mujer entre tantos hombres. Lo mismo ocurre en las aulas: solo tres de cada diez estudiantes de ingeniería son mujeres. Aunque en Informática o Industriales la presencia femenina es escasa, en Ingeniería Biomédica los porcentajes se invierten. Es difícil saber el motivo exacto, pero sí hay factores que lo explican. También les faltan referentes y tienen una menor confianza en sus propias habilidades. Esa falta de seguridad se ve en los exámenes. Patricia hace tiempo que pasó por la universidad y hoy, como subdirectora de Infraestructuras de un hospital de Madrid, ha instalado placas solares. Su familia la apoyó para poder estar donde está y anima a todas las que se lo piensen a hacer lo mismo y olvidarse de que es una profesión solo para chicos. También en las tomas de decisiones. Sin ellas, se llega a decisiones sin un importante punto de vista.