Sánchez y Trump mantienen las distancias durante la cumbre de la OTAN
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, alude a Sánchez en una entrevista y a los "profundos problemas internos que tienen en su Gobierno"
Sánchez tiene claro cuál es su sitio en esta cumbre de la OTAN y la foto de familia escenifica bien ese lugar. El presidente, muy presente, estaba en primera fila, pero posicionado en un extremo y distanciado de Estados Unidos. Tres primeros ministros separaban a Donald Trump del presidente. Hecha la foto, Trump y Rutte conversaban, Sánchez bajaba la cabeza, no interactuaba con nadie y esperaba a que pasaran los segundos para dar la prueba por superada. El encuentro o posible encontronazo con Trump se evitaba ante las cámaras. No ha podido eludir, sin embargo, el ataque verbal del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, refiriéndose a los profundos problemas internos que Sánchez tiene en su Gobierno. Desde que llegó a la cumbre, la imagen Trump-Sánchez ha sido objetivo imposible, incluso cuando ayer parecía que iba a haber contacto visual. Trump miraba a Rutte, ambos se dedicaban gestos amistosos y detrás de ellos, Sánchez desviaba la mirada. Ni siquiera en la cena hubo posibilidad de coincidencia. Mejor sintonía parece haber con el secretario general de la OTAN, aunque al comenzar la cumbre, Sánchez pasaba junto a él sin saludar y directo a su asiento. Rutte, preguntado por la posición de España en el gasto en defensa, decía no estar preocupado: "Claro que son decisiones difíciles, seamos honestos, porque los políticos tienen que elegir y no es fácil con recursos limitados". Lo único que Sánchez no ha podido esquivar ha sido estar en el foco.