José Antonio Moral Santín fue consejero y hasta vicepresidente de Caja Madrid durante siete años y uno de los titulares de las tarjetas fantasma de la entidad. Dispuso de 456.500 euros en la tarjeta que le asignaron como consejero. A día de hoy nadie le ha reclamado ningún gasto y niega que los mismos fuesen opacos. La asignación anual vía tarjeta variaba en función del cargo. El FROB, la entidad del Estado que gestiona la rescatada Caja Madrid, cuestiona el argumento porque no hay rastro de documentos que vinculasen la tarjeta con su buen uso corporativo. El FROB añade que las tarjetas estaban en manos de ejecutivos cualificados que debían conocer el buen uso de las tarjetas corporativas. El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, apuró su tarjeta hasta el final. En el último mes aumentó su gasto y cargó 19.000 euros. Sólo cuatro de 86 consejeros, como Francisco Verdú, Esteban Tejera, Félix Manuel Sánchez Acal e Íñigo Aldaz no usaron estas tarjetas.

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